El estado social de derecho y la participación ciudadana

Abstract

En algunas constituciones de naciones del mundo, se determina el alcance del Estado Social y en muchas de ellas se coincide en lo siguiente: “La superación de la tajante separación entre Estado y sociedad, diluyendo y difuminando las fronteras entre lo público y lo privado”. Nos encontramos en el límite de una época en que los modos de vida y de pensamiento que daban la sensación de imperar en el alma de los pueblos, están perdiendo su dinamismo, así como aquella riqueza interior que inducía a la creencia de que los valores espirituales (dentro del predominio) perdurarían indefinidamente en el tiempo y el espacio. Estamos viviendo un verdadero sentimiento de inseguridad que nace de observar los cuadros sociales, intelectuales y políticos que vienen del pasado verdaderamente incapaces de disciplinar las fuerzas poderosas que encaran desordenadamente el porvenir. Concomitante con esto, tenemos falta de fe en aquellas instituciones que sirven de armadura a la vida política, puesto que permanentemente vulneradas, no sirven para cumplir su propósito; como personas dentro de la sociedad, hemos perdido el norte de nuestra visión y hemos orientado nuestro espíritu, equivocadamente, hacia un futuro coyuntural en donde los acontecimientos no se pueden predecir; para, finalmente, habernos acostumbrado a vivir el presente dentro de una atmósfera de premoniciones y signos, que nos llevan a la oscuridad: espiritual y mental. Todo lo señalado, nos induce a pensar que una reforma de fondo se hace necesaria, de manera urgente, para devolver a los pueblos (léase Ecuador) “aquella aptitud humana de cambio hacia la perfectibilidad” que alguna vez señalara el pensador Carlos Arturo Torres Peña. En tiempos pasados, las clases aristocráticas constituían obstáculos persistentes para que todos pudiesen alcanzar un vivir social mejor; en tiempos actuales, es ese enfermizo y por demás negativo sentimiento de egoísmo el que frustra los empeños para el logro de una distribución más justa del ingreso nacional, frente a la dañina concentración de la riqueza que el afán de lucro y el capital financiero acumulan cada vez más en pocas manos. Esto es lo que está trayendo “injusticia social”, resentimientos, rebeldía social, todo lo cual es peligroso pues podría traer una verdadera revolución, contraria a la paz que debería constituir el fin a alcanzarse pVisto así, el Estado Social de Derecho nace de la necesidad histórica de oponerse tanto al capitalismo liberal (sin límites) así como también al comunismo marxista (que se iba al otro extremo). Este “deber ser” del Estado Social de Derecho, contrasta con lo que ha sido en la práctica el “ser” del mismo, no porque se encuentre mal formulado por quienes lo idearon sino porque los gobernantes que lo aplicaron en sus correspondientes Estados, carecieron de claridad y valor para hacerlo, o porque en otras oportunidades las clases burguesas, monopólicas y oligárquicas, acostumbradas a mantener el statu quo que les beneficiaba, se los impidieron en base al uso del chantaje y la presión. Este trabajo aspira a plantear una propuesta concreta que vuelva viable el resurgimiento práctico del Estado Social de Derecho, y que en cuanto a nuestro país, coadyuve a que la declaración del Art. 1 de la Constitución Política del Estado, sea una realidad. or un verdadero Estado Social de Derecho.

In some constitutions of nations of the world, the scope of the Social State is determined and in many of them it is agreed as follows: "The overcoming of the sharp separation between State and society, diluting and blurring the boundaries between public and private. " We are at the edge of a time when the ways of life and thought that gave the feeling of reigning in the souls of the people, are losing their dynamism, as well as that inner wealth that led to the belief that spiritual values (within the predominance) they would last indefinitely in time and space. We are living a true feeling of insecurity that comes from observing the social, intellectual and political cadres who come from the past who are truly incapable of disciplining the powerful forces that face the future in a disorderly way. Concomitant with this, we have a lack of faith in those institutions that serve as armor to political life, since they are permanently violated, they do not serve to fulfill their purpose; as people within society, we have lost the north of our vision and have oriented our spirit, mistakenly, towards a conjunctural future where events can not be predicted; Finally, we have become accustomed to living the present within an atmosphere of premonitions and signs that lead us to darkness: spiritual and mental. Everything pointed out, leads us to think that a fundamental reform is urgently needed to return to the peoples (read Ecuador) "that human aptitude for change towards perfectibility" that the thinker Carlos Arturo Torres Peña once pointed out. . In former times, the aristocratic classes constituted persistent obstacles so that all could reach a better social life; in current times, it is this sickly and otherwise negative feeling of selfishness that frustrates efforts to achieve a fairer distribution of national income, as opposed to the harmful concentration of wealth that the profit motive and financial capital accumulate each once more in a few hands. This is what is bringing "social injustice", resentments, social rebellion, all of which is dangerous because it could bring a real revolution, contrary to the peace that should be the end to be achieved. Thus, the Social State of Law is born of the historical necessity to oppose both liberal capitalism (without limits) as well as Marxist communism (which went to the other extreme). This "should be" of the Social State of Law, contrasts with what has been in practice the "being" of it, not because it is poorly formulated by those who devised it but because the governments that applied it in their respective States, lacked of clarity and courage to do so, or because on other occasions the bourgeois, monopolistic and oligarchic classes, accustomed to maintaining the status quo that benefited them, were prevented based on the use of blackmail and pressure. This work aims to propose a concrete proposal that makes viable the practical resurgence of the Social State of Law, and that in relation to our country, helps to make the declaration of Article 1 of the Political Constitution of the State, a reality. or a true Social State of Law.