Diseño de un Centro de Investigación Ambiental en Calakmul-Campeche-México para la Reserva de la Biósfera

Abstract

En el siglo XXI, la conciencia ambiental ha tomado fuerza en el discurso global, la reflexión sobre qué mundo dejaremos a generaciones futuras. En México este fenómeno tiene múltiples aristas relacionadas con el paisaje, los recursos naturales y culturales en la singular situación del Sur de Yucatán. El problema se manifiesta por la débil gobernanza sobre los recursos naturales y su limitada gestión en el uso del territorio de la Selva, que genera inestabilidad en el correcto mantenimiento tanto del espacio como de las actividades de su población. El desarrollo urbano-turístico de Campeche, influenciado por la construcción de la infraestructura del Tren Maya planificado en 2015, pretende ser terminado en diciembre de 2023, tendrá una resonancia directa en la gestión de los espacios naturales y exacerbará los bordes motivados por la ruta del tren. En Calakmul se crea una relación simbiótica entre comunidad humana y ecosistema, convirtiéndolo en un mosaico pluricultural por su infraestructura arquitectónica, su flora y fauna y sus manifestaciones culturales como el Roza, Tumba y Quema de la milpa Maya, el mismo que representa una oportunidad de desarrollo socioeconómico en una zona donde la segregación económica es latente. Xpujil es un pueblo que necesita reflexionar sobre la dignificación de las comunidades, el ecoturismo que ahora se condiciona por el Tren Maya. Para esto, la presente tesis propone un edificio que manifieste y englobe las distintas relaciones espaciales, sociales, y culturales mediante el entendimiento de la historia y el contexto de Calakmul, buscando una relación sinérgica entre espacio, historia y sociedad en un principio lógico del manejo ambiental. El proyecto se relaciona con el contexto en un afán de integración a través de las distintas unidades de paisaje, por la orientación hacia las pirámides de Calakmul-Xpujil-Chicanná, la estación de tren, el acuífero de la zona y el pueblo. La forma del edificio se genera a través de una analogía contemporánea de las composiciones mayas vecinas, fortaleciendo la noción de Complejo de las Culturas Madre Mexicanas. El edificio manifiesta un alto contraste tecnológico que busca la eficiencia del sistema constructivo tanto por su desempeño como por la huella energética, que se eligió a través de un filtro basado en materiales locales de baja huella y alta capacidad constructiva. Las intenciones proyectuales se ejecutan a través de una piel que tamiza a manera de “velo” las visuales, que permiten ver desde el interior al exterior, sin embargo, desde el interior genera el efecto de “ver sin ser visto”, en una sensación de intimidad, y que, también asegura la calidad lumínica del espacio mediante un atrio central. La diversidad y mixticidad funcional son pensadas en el ii territorio para que sirvan no solo de lugares de investigación, sino para que el propio objeto arquitectónico sea de uso mixto y privacidad mixta. Por ello se clasificó el edificio en varios sectores interconectados a través de la generación de capas, diseño multiescalar, actividades diversas, que van ligados a la búsqueda de deconstrucción de los límites habituales que configuran los espacios, generando nuevas categorías de relaciones espaciales. En conclusión, se obtiene un proyecto complejo en su forma, uso y relación paisajística, que se verifica en su estructura que responde a cada elemento y se justifica por la reflexión en el habitante. Se promueve una manera libre de utilizar el espacio, la relación permanente con el contexto y finalmente en un proyecto que cuida al planeta a su gente, que busca trascender a través del tiempo y sus generaciones.